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KinEduca

lunes, mayo 23, 2005

Enseñanzas y aprendizajes en la Educación Superior

La docencia en la educación superior ha sido testigo de múltiples cambios en los modelos de enseñanza que se emplean para que los estudiantes logren los aprendizajes previstos (Miranda, 2000)
En el siglo XVII la forma de aprender era a través de la memorización y la recitación donde el protagonista de la enseñanza era el Maestro como mero transmisor de conocimientos (González) y dictador de clases, lo que dio origen a las conferencias y clases magistrales como método expocitivo del conocimiento, donde el alumno actuaba solamente como receptor de esta información y su aprendizaje se basada en la recitación de contenidos.
Actualmente se ve a la enseñanza como un elemento articulador entre los esquemas de conocimientos previos y reales del sujeto y los conocimientos ideales que el educador quiere transmitir. Esta ayuda para acortar la brecha entre estos dos tipos de conocimientos es la Enseñanza. Que VIGOTSKY los identifica como las zonas de desarrollo real (ZDR) y zonas de desarrollo próximo (ZDP), siendo la conexión entre ellas la enseñanza (Bouzas).
Esta conexión pueden ser diversas actividades de intervención, planificadas, sistemáticas y estructuradas orientadas a desarrollar en los estudiantes capacidades que les permitan obtener aprendizajes significativos (Laurillard 1993). Así pues dentro de los modelos pedagógicos que no orientan hacia un buen aprendizaje es el modelo desarrollista el que donde el método de enseñanza de “Aprender Haciendo” (González) os estudiantes forman parte esencial de su proceso formativo y donde el docente entrega sus conocimientos de experto para facilitar así las tomas de decisiones y se establece una relación docente experto quien mediante la demostración facilita la incorporación de habilidades mas profundas en el alumno novicio ( Biggs) quien invierte su tiempo en intentar decidir que tipo de contenidos le son útiles para resolver un problema mas que en actividades metacognitivas que le permitan solucionar el problema en si.
Entonces aparece el problema de la relación entre estrategias de enseñanza y aprendizaje efectivo (Laurillard, 1993), donde se identifican 4 caminos para solucionar este dilema:

Diseño Instruccional
Diseño de sistemas inteligentes de instrucción
Psicología de la educación
Fenomenografía

Cada uno de estos derivados de distintas corriente de la enseñanza, ya sea conductista y psicología cognitiva para el Diseño Instruccional, como aplicaciones de Inteligencia Artificial para los sistemas inteligentes de instrucción, como la psicología y ciencia cognitiva para la psicología de la educación y la psicología de la fenomenología para la corriente Fenomenográfica. Es esta tendencia la que me parece es la mas completa, por su carácter cooperativo y centrado en estudios educacionales reales de alumnos reales, además deduce tanto “como lo docentes y alumnos deben formar explícitas sus concepciones” para así ser comparados y además deduce las características que deben tener las interacciones entre docente – alumno para que estas sean exitosas ( Laurillard, 1993), integrando así un enfoque fundamentado en la generación de estrategias que tienen métodos de investigación validos y consistentes. Además implica que debe existir dialogo entre ambas partes lo que facilita una reflexión sobre lo que se esta haciendo y como se esta haciendo a nivel de la enseñanza (Biggs, 1999).
Junto con esto se puede conectar con el modelo pedagógico desarrollista que también es de mi preferencia, pues implica un nivel de participación activa entre el docente y el alumnado generando modelos de descubrimiento, siguiendo la corriente contructivista de la generación del conocimiento.
En conclusión la clave de una buena enseñanza en la educación superior es lograr establecer estrategias que se focalizen tanto en los docentes como en los estudiantes. el docente en el sentido de establecer planes, actividades y recursos para que el alumno pueda comprender los conceptos necesarios y adquirir las competencias necesarias para actuar de manera eficaz y eficiente al interior de su disciplina, y por otro lado el estudiante que se centra en relacionar su comprensión del mundo adquirida previamente con los conceptos entregados por el docente.

Así pues para reflejar el tipo de enseñanza para un aprendizaje efectivo desde mi punto de vista creo que las frases siguientes, citadas por Miranda, T. en el Modulo de “Metodología: Tradición e innovación en la enseñanza superior” en el Diploma de Docencia para Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, me interpretan totalmente:

“Yo oigo, y Yo olvido
Yo veo y Yo Recuerdo
Yo hago y Yo entiendo”

1 Comments:

  • -Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrar. Su propósito es deficiente; su intención es vaga. Espera recompensas que nunca llegarán, pues no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender.
    "Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Y sus pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así se comienza a tener miedo. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera. Cada paso del aprendizaje es un atolladero, y el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer sin misericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un campo de batalla.
    "Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡el miedo! Un enemigo terrible: traicionero y enredado como los cardos. Se queda oculto en cada recodo del camino, acechando, esperando. Y si el hombre, aterrado en su presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda.
    -¿Qué le pasa al hombre si corre por miedo?
    -Nada le pasa, sólo que jamás aprenderá. Nunca llegará a ser hombre de conocimiento. Llegará a ser un maleante, o un cobarde cualquiera, un hombre inofensivo, asustado; de cualquier modo, será un hombre vencido. Su primer enemigo habrá puesto fin a sus ansias.
    -¿Y qué puede hacer para superar el miedo?
    -La respuesta es muy sencilla. No debe correr. Debe desafiar a su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente. Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse. ¡Esa es la regla! Y llega un momento en que su primer enemigo se retira. El hombre empieza a sentirse seguro de si. Su propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea aterradora.
    "Cuando llega ese momento gozoso, el hombre puede decir sin duda que ha vencido a su primer enemigo natural."
    -¿Ocurre de golpe, don Juan, o poco a poco?
    -Ocurre poco a poco, y sin embargo el miedo se conquista rápido y de repente.
    -¿Pero no volverá el hombre a tener miedo si algo nuevo le pasa?
    -No. Una vez que un hombre ha conquistado el miedo, está libre de él por el resto de su vida, porque a cambio del miedo ha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra el miedo. Para entonces, un hombre conoce sus deseos; sabe cómo satisfacer esos deseos. Puede prever los nuevos pasos del aprendizaje, y una claridad nítida lo rodea todo. El hombre siente que nada está oculto,
    "Y así ha encontrado a su segundo enemigo: ¡la claridad! Esa claridad de mente, tan difícil de obtener, dispersa el miedo, pero también ciega.
    "Fuerza al hombre a no dudar nunca de sí. Le da la seguridad de que puede hacer cuanto se le antoje, porque todo lo que ve lo ve con claridad. Y tiene valor porque tiene claridad, y no se detiene en nada porque tiene claridad. Pero todo eso es un error; es como si viera algo claro pero incompleto. Si el hombre se rinde a esa ilusión de poder, ha sucumbido a su segundo enemigo y será torpe para aprender. Se apurará cuando debía ser paciente, o será paciente cuando debería apurarse. Y tonteará con el aprendizaje, hasta que termine incapaz de aprender nada más.
    -¿Qué pasa con un hombre derrotado en esa forma, don Juan? ¿Muere en consecuencia?
    -No, no muere. Su segundo enemigo nomás ha parado en seco sus intentos de hacerse hombre de conocimiento; en vez de eso, el hombre puede volverse un guerrero impetuoso, o un payaso. Pero la claridad que tan caro ha pagado no volverá a transformarse en oscuridad y miedo. Será claro mientras viva, pero ya no aprenderá ni ansiará nada.
    -Pero ¿qué tiene que hacer para evitar la derrota?
    -Debe hacer lo que hizo con el miedo: debe desafiar su claridad y usarla sólo para ver, y esperar con paciencia y medir con tiento antes de dar otros pasos; debe pensar, sobre todo, que su claridad es casi un error. Y vendrá un momento en que comprenda que su claridad era sólo un punto delante de sus ojos. Y así habrá vencido a su segundo enemigo, y llegará a una posición donde nada puede ya dañarlo. Esto no será un error ni tampoco una ilusión. No será solamente un punto delante de sus ojos. Ése será el verdadero poder.
    "Sabrá entonces que el poder tanto tiempo perseguido es suyo por fin. Puede hacer con él lo que se le antoje. Su aliado está a sus órdenes. Su deseo es la regla. Ve claro y parejo todo cuanto hay alrededor. Pero también ha tropezado con su tercer enemigo: ¡el poder!
    "El poder es el más fuerte de todos los enemigos. Y naturalmente, lo más fácil es rendirse; después de todo, el hombre es de veras invencible. Él manda; empieza tomando riesgos calculados y termina haciendo reglas, porque es el amo del poder.
    "Un hombre en esta etapa apenas advierte que su tercer enemigo se cierne sobre él. Y de pronto, sin saber, habrá sin duda perdido la batalla. Su enemigo lo habrá transformado en un hombre cruel, caprichoso."
    -¿Perderá su poder?
    -No, nunca perderá su claridad ni su poder.
    -¿Entonces qué lo distinguirá de un hombre de conocimiento?
    -Un hombre vencido por el poder muere sin saber realmente cómo manejarlo. El poder es sólo un carga sobre su destino. Un hombre así no tiene dominio de si mismo, ni puede decir cómo ni cuándo usar su poder.
    -La derrota a manos de cualquiera de estos enemigos ¿es definitiva?
    -Claro que es definitiva. Cuando uno de estos enemigos vence a un hombre, no hay nada que hacer.
    -¿Es posible, por ejemplo, que el hombre vencido por el poder vea su error y se corrija?
    -No. Una vez que un hombre se rinde, está acabado.
    -¿Pero si el poder lo ciega temporalmente y luego él lo rechaza?
    -Eso quiere decir que la batalla sigue. Quiere decir que todavía está tratando de volverse hombre de conocimiento. Un hombre está vencido sólo cuando ya no hace la lucha y se abandona.
    -Pero entonces, don Juan, es posible que un hombre se abandone al miedo durante años, pero finalmente lo conquiste,
    -No, eso no es cierto. Si se rinde al miedo nunca lo conquistará, porque se asustará de aprender y no volverá a hacer la prueba. Pero si trata de aprender durante años, en medio de su miedo, terminará conquistándolo porque nunca se habrá abandonado a él en realidad.
    -¿Cómo puede vencer a su tercer enemigo, don Juan?
    -Tiene que desafiarlo, con toda intención. Tiene que llegar a darse cuenta de que el poder que aparentemente ha conquistado no es nunca suyo en verdad. Debe tenerse a raya a todas horas, manejando con tiento, y con fe todo lo que ha aprendido. Si puede ver que, sin control sobre sí mismo, la claridad y el poder son peores que los errores, llegará a un punto en el que todo se domina. Entonces sabrá cómo y cuándo usar su poder. Y así habrá vencido a su tercer enemigo.
    "El hombre estará, para entonces, al fin de su travesía por el camino del conocimiento, y casi sin advertencia tropezará con su último enemigo: ¡la vejez! Este enemigo es el más cruel de todos, el único al que no se puede vencer por completo; el enemigo al que solamente podrá ahuyentar por un instante.
    "Este es el tiempo en que un hombre ya no tiene miedos, ya no tiene claridad impaciente; un tiempo en que todo su poder está bajo control, pero también el tiempo en el que siente un deseo constante de descansar. Si se rinde por entero a su deseo de acostarse y olvidar, si se arrulla en la fatiga, habrá perdido el último asalto, y su enemigo lo reducirá a una débil criatura vieja. Su deseo de retirarse vencerá toda su claridad, su poder y su conocimiento.
    "Pero si el hombre se sacude el cansancio y vive su destino hasta el final, puede entonces ser llamado hombre de conocimiento, aunque sea tan sólo por esos momentitos en que logra ahuyentar al último enemigo, el enemigo invencible. Esos momentos de claridad, poder y conocimiento son suficientes."

    De Las Enseñanzas de Don Juan, Carlos Castaneda

    By Blogger Checoen, at junio 03, 2005  

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